Leyenda
Hace mucho tiempo, hubo un pescador de Koi (un pez japonés de la familia de la carpa) que vivía con su esposa. Un día, el pescador fue al lago Oitekebori, que tenía fama de tener muchos Koi, pero también de estar maldito. La mujer del pescador le suplicó que no fuera allí, pero el pescador se negó. Una vez que el pescador llegó al lago Oitekebori, pescó muchos Koi, pero desde el fondo del lago oyó una sonora voz...
"¿¡No sabes que este lago está maldito!? ¡Suelta esos peces y no morirás!"
El pescador no hizo caso de la voz de soltar los peces y se fue corriendo de Oitekebori. Después de andar unos metros, vio a una mujer que paseaba por allí, y esta le dijo:
-"Por favor, suelta esos Koi al lago Otikebori."
El pescador se negó, y entonces, la mujer giro su rostro haciéndole ver al pobre hombre que esta no tenía ni ojos ni boca ni nariz. Era Noppera-bo. En ese momento ella gritó: "¡He dicho que sueltes esos peces!"
Al ver a Noppera-bo, el pescador gritó, tiró los peces al suelo, y se fue corriendo a su casa, huyendo de ese aterrador espectro.
"¿¡No sabes que este lago está maldito!? ¡Suelta esos peces y no morirás!"
El pescador no hizo caso de la voz de soltar los peces y se fue corriendo de Oitekebori. Después de andar unos metros, vio a una mujer que paseaba por allí, y esta le dijo:
-"Por favor, suelta esos Koi al lago Otikebori."
El pescador se negó, y entonces, la mujer giro su rostro haciéndole ver al pobre hombre que esta no tenía ni ojos ni boca ni nariz. Era Noppera-bo. En ese momento ella gritó: "¡He dicho que sueltes esos peces!"
Al ver a Noppera-bo, el pescador gritó, tiró los peces al suelo, y se fue corriendo a su casa, huyendo de ese aterrador espectro.
La mujer del pescador vio que su marido llegaba jadeando a casa, y fue cuando de pronto él, horrorizado, le dijo a su mujer:
-Pescador: "¡No vas a creer lo que he visto! ¡He visto a Noppera-bo!"
-Mujer del pescador: "Mmm, Noppera-bo... ¿te refieres a esto?"
La mujer del pescador empezó a rascarse la cara, desgarrando todos y cada uno de sus rasgos faciales hasta que su rostro se fue convirtiendo en el de Noppera-bo. El pescador dió un grito y se desmayó. Cuando este despertó, pudo observar que estaba en un cementerio cercano al lago Otikebori, y que lo primero que pudo divisar al recuperar completamente la conciencia era una tumba, dónde ¡¡estaba el nombre de su mujer!! El pescador había estado casado con el fantasma de Noppera-bo.
-Pescador: "¡No vas a creer lo que he visto! ¡He visto a Noppera-bo!"
-Mujer del pescador: "Mmm, Noppera-bo... ¿te refieres a esto?"
La mujer del pescador empezó a rascarse la cara, desgarrando todos y cada uno de sus rasgos faciales hasta que su rostro se fue convirtiendo en el de Noppera-bo. El pescador dió un grito y se desmayó. Cuando este despertó, pudo observar que estaba en un cementerio cercano al lago Otikebori, y que lo primero que pudo divisar al recuperar completamente la conciencia era una tumba, dónde ¡¡estaba el nombre de su mujer!! El pescador había estado casado con el fantasma de Noppera-bo.
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