Hace mucho tiempo cuando Hwanung, hijo del cielo, gobernaba a la gente, vivía un tigre y un oso. Ellos deseaban, de todo corazón, convertirse en humanos y oraban todos los días a Hwanung para que les concediera su deseo. Tras escuchar sus rezos fervientes, Hwanung les llamo y les dio 20 dientes de ajo y un ramillete de artemisa y les dijo que si podían aguantar privados del sol durante 100 días viviendo de esa comida, les concedería su deseo.
El tigre renunció al poco y abandono la cueva, pero el oso continuó fiel y tras 21 días, Hwanung transformó al oso en una hermosa mujer. La muher-oso, Ungnyeo, estaba muy agradecida e hizo ofrendas a Hwannung bajo un sándalo para ser bendecida con un hijo. Hwanung, conmovido por sus rezos, la tomó como esposa y ella dio pronto a luz a un hijo. Ellos le llamaron Gojoseon (Antiguo Joseon) en el 2.333 A.C que fue el primer reino de la Península Coreana.
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